Cuando se tuercen las cosas no hay manera, y contra los elementos no puedo luchar.

Con ciegas 1,500/3,000 y antes de 300 abro la mano a 10,000 con “los ganchos”  . Me paga solo un jugador para ver un flop muy peligroso: , decido no amilanarme y meto de nuevo 10,000 puntos a lo que el villano se declara All-in. Con 60,000 por detras y una M de 8 valoro que el jugador ha pinchado en ese flop y que estoy batido, foldeo.

Como quien dice en la siguiente mano me dan , abro de nuevo el bote a 10,000 y un short se resta por 20,000 en total, no lo dudo y es insta-call. El villano me muestra una mano dominadisima   , pero la mesa se vuelve en mi contra y de la manera más cruel, mostrando una escalera con las 5 cartas de la mesa, pero no para partir, sino para que el pueda superarla con su diez.

Dos golpes casi consecutivos que me castigan hasta los 35,000 puntos … ya solo falta la puntilla.

La puntilla no tardo en llegar, con 7,500 en el centro entre ciegas y antes y 35,000 en mi stack no tengo muchos movimientos, asi que viendo una pareja media en la mano decido envidar de cara, para ver como el chipleader de la mesa me paga, hasta ahí bien, lo malo es que el caballero muestra y la mesa en este caso no ha querido ayudarme.

Una pena salir el 154 sobre 768 cuando el dinero estaba en la posición 104, me deja ese sabor agridulce que ya tuve en la boca en Dublín hace un par de meses en el Irish Winter Festival.

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